Fuente: http://volodia.es/critica/acastos-para-que-sirve-teatro
Más vino y menos Platón
«El teatro no puede convertirse en filosofía. De la misma manera que no lo hacen la poesía ni la música. Una obra nunca debe ser un ensayo desprovisto de alma»
Aunque errado, Acastos. ¿Para qué sirve el teatro? es un encomiable y apasionado esfuerzo de un laboratorio de dramaturgia, el Rivas Cherif del Centro Dramático Nacional, con el que Ernesto Caballero y un grupo de jóvenes intérpretes -presididos por la presencia algo más veterana de Carmen Gutiérrez– han hecho suyos unos «coloquios platónicos» de la escritora irlandesa Iris Murdoch. En ellos, la autora dio nueva voz a Sócrates y sus discípulos. Son cinco, Platón, de forma notoria, y cuatro amigos más: Mantias, Dexímenes, Callistos y Acastos.
El planteamiento dramatúrgico es atractivo: Sócrates, Acastos y Mantias son en este laboratorio actrices. ¿Por qué no? Lo que importa es la voz y el pensamiento, y es gratificante ver a Carmen Gutiérrez dando aliento al sabio maestro al que todos escuchaban. Sócrates se vale de la mayéutica: les hace pensar y repensar sus posturas con reducciones y encaminamientos, preguntando y volviendo a preguntar hasta que ellos mismos llegan a sus propias respuestas.